miércoles, 10 de noviembre de 2010

La fiera en la jaula

Yo no puedo vivir sin una mascotas, me encantan los animales. Y la verdad que si hay mascotas muy inusuales, extremas por así decirlo, y tenerlas representan un tabú. Me hice amigo en el colegio de un chico normal, era buena gente, conversaba bastante y se preocupaba por los demas. Un chico promedio... nunca me hablo de nada inusual en su vida, en su casa, ni de habitos raros. Me invitó a su casa, teniamos 16 años. Era la primera vez que iba. Entrando, tuvimos que pasar por su patio, no pude contenerme y grité como loco. Tenina una serpiente en el patio, suelta, de tamaño no exagerado, pero tampoco era chica. Me dijo: perdón por no avisarte, sabía que mis mascotas no son normales, pero para mi ya son parte de mi vida y no lo veo como algo extraño.   Le dije que estaba bien, pero antes de seguir entrando a su casa que me diga que más raro tenía como mascota... Me dijo que en su cuarto tenía una tarantula, un camaleón, una rana y un pavo real. Los animales no estaban juntos, los tenían separados. Me confesó, que más allá de que eran normales para él, tampoco hablaba de sus mascotas porque temía que nadie quiera visitarlo o ser su amigo debido a sus anormales mascotas.

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