jueves, 26 de agosto de 2010

Los Condenados


Ayer le pregunté a una conocida si le habían contado o le había pasado algo raro en Lima como encontrarse con fantasmas o ver ovnis o algo así. Dijo que no le había pasado nada de eso, pero que a su tío sí.

Él repartía mercancía a fábricas por la noche y una noche de esas paró en el grifo a llenar el tanque, esperó que su compañero salga del baño para que él pueda bajar a comer algo. No sé qué compró su tío, pero al salir se encontró con un mendigo y le invitó algo de su comida. El pobre señor olía a mil diablos pero por no ser descortés su tío se sienta al costado del mendigo y le pregunta si el clima podía mejorar para la mañana porque llovía como si no fuera en Lima y le estaba retrasando mucho el trayecto. Entre mordidas, supongo yo, el mendigo le dijo que no creía y quién sabe qué cosas más.

Cuando su compañero le pasa la voz para que regrese al camión, él voltea a despedirse del mendigo.

Vio el resto de la banca de cemento salpicada de lluvia. Uniformemente. Ya no olía a mil diablos. Quizo ver por dónde se había alejado el mendigo pero lo único que se distinguía a distancia era el camíon y sus luces y su compañero.

Y se acordó que su padre le dijo hace mucho que se cuidara de Los Condenados, esas criaturas que te encuentran en el camino nocturno pidiendo comida que no pueden comer. Y te persiguen los veas o no hasta que solo son esqueleto.

Cuando me terminaron de contar esta historia debo haber tenido cara de idiota porque no le veía nada espeluznante a que un mendigo termine de comer y se marche sin que el tío se diera cuenta. Se puede haber acostumbrado al olor del mendigo y por eso no notó la diferencia cuando este se marchó; y puede haberse ido hace mucho, lo suficiente como para que la lluvia empareje la banca de cemento; y la misma lluvia no lo dejó ver por dónde se fue el señor.

No era ninguna historia fuera de lo común, pensé.

Claro, eso fue hasta que me acordé que para una investigacíón grabamos a una señora contando una historia bastante similar a la que me contaron. Aquí les va:



¿Qué creen? ¿Es solo coincidencia o les parece que existe un club de Condenados en Lima de noche?

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